spués con una pequeña caja de terciopelo en la mano. Se detuvo frente a Alejandro, abrió la
o, extendiendo la caj
, una escena. No esperaba esta dignidad, esta resolución.
que en el fondo sabías que no eras suficiente para mí. Una mujer como
a de preocupación. "Alejandro, no seas cruel. Prima, por favor, piénsalo bien. No
ue iba a decir algo hiriente, pero el veneno y
s a los costados, luchando contra el impulso de echar a ese joven arrogante de su casa a golpes. Estaban destrozados p
eto a Camila. Su mirad
mblor. "Y para que quede claro, esta decisión es mía. Yo, Sofía Flores, doy por terminado n
o una bofetada. Él era el que terminaba
rciopelo, enviando el anillo a volar por la habitación
s llorando cuando te des cuenta de que te vas a quedar sola y gorda para siempre! ¡Nadie q
a arrastró hacia la puerta, s