el sofá, con sus padres a cada lado como dos guardianes protectores. Frente a ellos, en los sillones individuales, estaban Alejandro y su madre, la señora R
"hacer las cosas bien", pero para So
si estuviera dirigiéndose a empleados. "Aprecio mucho el tiempo que su famili
tica, mirando a Sofí
magen. Necesito a mi lado a una mujer que complemente mi marca, que me ayude a ascender. Sofía... con todo resp
o un golpe fuerte y rápido,
pie de un salto, su rostro enrojecido por la ira. "¡Cómo te a
grimas de impotencia y dolor. Ver a su hija, su tesoro, ser despreciada
ermaneció inmóvil, su
emasiado para ella. Cualquiera que la viera pensaría que era una víctima de las circunstancias, atrapada entre su prima y el
rente de recuerdos inu
Los hombres de verdad prefieren las cu
no usas el otro? El de flores, el que
ven conmigo a la clase de cocina, eso es má
eran: una manipulación lenta y sistemática. Camila no la estaba animando a ser feliz; la estaba saboteando. La estaba en
, para que yo pueda superarte". Cada postre ofrec
nca se dio cuenta de que era el peón sacrificial. La rabia, fría y clara, comenzó a burbuje