regazo de Sofía, desper
untó con una voz somnolienta y deliberadame
rizado de su asistente y la posó en Rodr
cariciándole el cabello, "Ese tonto de Miguel Ángel y s
codo y mirándola con sus grandes ojos cafés,
ún siento que mi corazón va a salirse del pecho" , dijo, llevan
rte nunca más. Ni él, ni su dueño" , lo tranquilizó Sofía, co
a, al mismo nivel que un animal. "Bestia" , "animal" , "dueño" . P
a una conciencia, una sombra de dolor y confusión. El espíritu de Miguel Ángel flota
sangre ya secas, fragmentos de hueso, jirones de su ropa favorita. Y en un rincón, un ama
lquier emoción excepto el desprecio. Recordó el cuerpo flácido de "El Guardián" . Un
conversació
o ese estrés me dejó sin energías. Y... y el docto
on una devoción
te antoja? Pediré lo que quiera
co de fruta que había en la mesita de cen
drigo, con una pausa calculada, "He leído que para la ansiedad
quietante. Pero Sofía no pareció notarlo. Al
La medicina tradicional siempre es la más
ombreció con una expres
lo enterró en el jardín trasero, junto a las flores que tanto le
o, no lo hice! ¡Tú lo mataste! ¡Tú lo pateaste ha
nte, llena de una nueva
ón. Fresco y fuerte" , le dijo a Rodrigo con una sonrisa
a frente, un gesto lleno
cualquier cosa. De desenterrar a un perro muerto o de enc
débilmente, una so
única que me entiende.
acobardado personal para que trajeran palas, el espíritu de
go. Ahora, en su retorcida lógica, planeaban profanar la memoria
sacaba su teléfono y comenzaba a revisar sus redes sociales con una ex
da. Y Sofía, cegada por su obsesión
lloraba sin lágrimas, una tormenta s