lujosa sala, un sonido agudo y
ansiedad! ¡Y tú sigues trayendo a ese mon
todavía extendida hacia su xoloitzcuintle, "E
ovillo en el sofá de diseño, temblando de forma exagerada, con la cara
susurró Rodrigo con voz temblorosa, "Es solo que..
o era como echarle gas
que te doy una lección!" , grit
e lanzó hacia adelante, su tacón de aguja impactando
n sonido horrible de
diato, su cuerpo se convulsionó una vez y luego quedó inmóvil en el suelo de má
cuerpo inerte de su fiel compañero, el legado de su abuelo, y luego a Sofía, cuyo pe
cir Miguel Ángel, con la voz rot
fría, desprovista d
seña, dos hombres corpulentos, sus guardaespaldas, se acerc
n haciendo?" , gritó él
on a centímetros de distancia, "¡No eres tú el que mejor 'entrena' a los perros! ¡Pues ahora te
abrieron, revelando unas escaleras de piedra que descendían a la oscuridad. Era el sótano de la antios escalones de piedra, golpeándose la cabeza y el cuerpo, hasta aterrizar e
ó la voz de Sofía, g
ltenl
la vista y vio dos siluetas enormes y musculosas en lo alto de la escalera. Dos
ose hacia atrás, con el corazón latiéndole a punto de estallar
desde arriba, una melodí
amor! ¡A ver quién en
s tensos y las fauces goteando saliva. Los gruñidos se hicie
que fue ahogado casi al instante por el primer ladrido
a carne de su pierna, el crujido de sus propios huesos. El
u propia sangre. Lo último que vio fueron los ojos va
e siendo desgarrada y los huesos sie
ofá, jugando distraídamente con un collar de obsidiana que Rodrigo le había regalado.
, con la cabeza apoyada en
e pálido y delgado que siempre pare
tuviera pidiendo un vaso de agua, "Ya debe haber aprendido la le
o se volvió aún más pálido, casi gr
comenzó con v
ió el ceño,
ifícil? Dile que si no sube ahora m
o atrás, como si temier
. es que... lo
incapaz de formu
ya no queda