o giraba a mi alrededor. Estaba borracho, pero la ira me mantenía en pie
a mi propio barrio. Y allí estaban. De nuevo. Despidiéndose fren
el coche, la besó con una pasión posesiva, sus manos recorriendo su cuerpo.
ma gota de control que
mi voz rota por el
go malo. Lo cual era exactamente lo que estaban haciendo. Sofía me miró c
bañil trabajador", dijo Mateo, con un
peté, acercándome a ellos
como si la estuviera protegiendo de mí. "No par
ateo trastabilló hacia atrás, sorprendido por mi reacción. Se recuperó rápido y m
medio de la calle. Puñetazos, empujones, insultos. Yo esta
peor. Lo que rompió la
o no gritaba pidiendo ayud
astimar!", gritaba ella, tirando de
upaba que yo lastimara a su amant
le pregunté, sin po
ue le hiciste!", chilló, y corrió a socorrer
iraba con una ternura y una preocupación que a mí me había negado durante se
i amor, ¿te duele much
risa era de puro triunfo. Había ganado. Me lo había qu
aba dentro de mí. Defin
, con una calma espeluznante
podía soportar esa imagen ni un segundo más. Di un p
on su victoria, me e
aquí, perde
to cuando un coche doblaba la esquina a toda velocidad. Escuché e
tal. Sentí un dolor agudo en la pierna y en
arada en la acera, junto a Mateo. Sus manos cubrían su boca en un gest
mo si yo fuera un extraño, un problema