sado. Bajó a desayunar, con la cara maquillada para o
", dijo, con una voz casual que me revolvió el estóma
a gesto, cada palabra, era una mentira. Me pregunté cuántas vec
s propios ojos. Le dije que tenía que ir a la obra, que un problema de último momento me requería
el coche de Mateo, se estacionó frente a la casa. Él bajó, con su aire de ti
enía una llave de mi
aba lo que estaban haciendo adentro, en mi cama, en mi sala. El dol
risa genuina y feliz que yo no había escuchado en meses. Se dirigieron a
os perfectamente a través del ventanal. Estaban en una mesa apartada. Hablaban en voz baja, inclinados el uno h
ntes que no tienen que fingir. Y cad
fingiendo mirar el menú. Podía esc
icky lo sabe", decía Sofía, c
yo?", respondió Mateo, con arrogancia. "Tu familia me adora. Conmigo tendría
espalda todos los días en la constructora, supervisando proyectos para que a e
de Sofía fue la que me
icky es... cómodo. Es seguro. Me da esta
eguro. Es
. Su red de seguridad. El tonto útil que pagaba las cu
la, exponerla frente a todos. Pero me contuve. Una escena pública ahora no ser
a cara, pero yo sentía un frío interior que no se iba. Terminé en un bar
oble", le dij
cohol quemó mi garganta, pero no alivió
estros años juntos. Nuestra primera cita. El día que le pedí matrimonio, arrodillado en la playa. La emoción en sus ojos
fue real? ¿Al
e semana que pasé con su familia snob que me miraba por encima del hombro, t
me puso otra
al, amigo", dijo,
respondí, y me
icionado de la peor manera posible. Y yo iba a hacerles pagar. A ella, a él y a toda su m