rres vibraba con la prom
, la diseñadora de moda más prometedora, y Alejandro Torres
rompió la solemnidad de la pedida de mano, cong
EJAN
del piso de arriba, y la sonrisa antes inquebrantable
, abandonando a Sofía, el anillo, y a
andro, su voz cargada de un t
que Isabella, su prima, amenazaba con arrojarse de
ue pública, brut
e ambas familias, le suplicó a Isabella: "¡Isabella
perada, susurrándole: "Tranquila, mi am
am
ra lo con
un ca
go ret
a villana, la intrusa que intentaba separar a dos "amant
ndro pidió formalment
lla!" , exclamó Alejandro, s
señor Torres, el patriarca, señaló a Ricar
romiso se mantiene. La alianza se fortalece. La humillac
aba su albedrío, tomó una decisión que cambiaría su vida p
no se
te, cambi
ba a Sofía al unirse a un hom