o principal estaba abierta de par en par, y allí, de pie en el borde, se encontraba Isabella. Llevaba un elaborado vestido de novia blanco, un
, una mano sobre su corazón de forma dramática, la otra extendida hacia el cielo como si estuv
entemente alta para que todos la oyeran. "Sabía que no podías abandonarme.
vando a esta mujer convertir su hogar en un circo. La humillació
rimas de cocodrilo fijos en Alejandro, ignorando por comp
esta vida no tiene sentido. Solo quiero una vida contigo, ¿es mu
espreciable. Estaba usando la amenaza de su propia
unc
, de sus padres o de su propia familia, corrió
ja de ahí!", le suplicó, su voz llena de una angust
ar. La rodeó con sus brazos, abrazándola con una ternura desesperada,
ré", le susurró al oído, lo suficientemente alto para
am
n simple capricho de una prima celosa.
n, sino de triunfo. Una sonrisa cruel y victoriosa se dibujó en sus labios manchados de lágrimas. En ese momento, a los ojos de todos, Sofía dejó de ser la novia trai