arecían más tenues, más lejanas, Xóchitl caminaba sin rumbo, con el llanto de Lun
iera cuenta, a la pequeña capilla al bo
parpadeaba frente a la imag
como un mapa antiguo y ojos llenos de una sa
da y con la niña en brazos, se levantó
era un susurro cáli
con una delicadeza infinita, la niña, como si sintiera un refugi
óchitl, la fuerza que la había sostenido durante el día
a Luna suavemente, tarareando una melodía antigua, una
una extraña fuerza, calmó el alma de
jo finalmente la anciana, sin dejar de mecer a l
rias de su abuelo, historias que cont
er que aparecía en los momentos de mayor
a Justicia" ,
brillaron con una luz ex
"Tu abuelo creía en ella, creía que
ga con la espada, sino con l
Luego, metió la mano en el bolsillo de su delantal y
la mano a Xóchitl. "No es mucho,
go a la anciana, con los ojo
lodia, usted lo ne
ora te toca a ti luchar por la tuya y por la de esta pequeña, la justicia a v
sobre una melodía secreta que Pedro estaba componiendo,
na melodía inconclusa" , dijo Xóchitl,
tamente, sus ojos fijos
o El Jefe nunca entenderán, la música de tu esposo no ha muert
ió a Luna, que ahora
la esperanza, busca en tus recuerdos, las respu
semilla de esperanza plantada en su corazón devastado, una semilla que l