te a su espalda, Xóchitl corrió por las calles t
lvidado por la mayoría, un lugar de lápidas
olores anaranjados y morados, un telón de fondo
las voces ásperas de
s, una que tenía una estatua de una mujer con los ojos vendados,
guitarrón en alto, listo para
í no hay nada!" ,
éramos! ¡Quizás el mapa está
o en el silencio del cementerio, los hombr
imer matón. "¿Vienes a ver el espect
rcándose lentamente. "El tesoro era su música, su espír
mbre
labras no llenan los bolsill
s alto, tensando los múscul
incapaz de soportar la v
o del impacto
obre el cementerio, un silencio que fue roto por una
tra, y
sin que nadie la tocara, las notas flotaban en el air
ieron, el miedo desf
? ¿Brujería?"
y mientras sonaba, la tierra frente a la tumb
el suelo, dibujando el contor
ón del suelo se hundió, revelando un pasadizo osc
sión, cayó de las manos del matón y rodó sua
ya no se sentía inerte, vib
estaban paralizados po
rendía, Xóchitl se dirigió hacia el pasadizo, co
ombres, la codicia finalmente su
ándose para ser los primer
, cada paso la alejaba más del mundo que conocía y l
a un susurro suave, parec