l sistema me h
uista fallida.
inada en di
el cubriendo con un paraguas a Camila, l
fracasos humillantes, todo para regresar a mi
a lluvia, lo dejó claro: «Amo a Ca
on crueldad: «N
erte real, mi cuerpo en coma no
a me ofreció una salida: «
er, escapa
or Camila, vi la pulsera que me
me invadió, des
voz temblaba de un
nales extremas. Extensión de gra
la mirada de fastidio de
ban, lo detuve: «
o: «¿Terminar qué
trato. Y ahora, lo
sera a Camila, la
quiero. Ya no qu
rrojé
o de ira: «¿Qué te p
nsé de ser tu chiste, tu
lgo por ti? Todo fue un juego, X
imo golpe: «Nun
aso, mi enfermedad termi
rando a Axel y Camila, dejánd
de vuelta al mundo real, con el
bía acelerado mi cáncer,
eció el Sistema, una int
n "Amor Virtual" , un juego
a Axel, mi vida
erada,
mi padre, para mi p
el, mi avatar se parecí
, me dijo, «el parecido a
ue el más doloroso,
, yo a su lado
creí que me veía a mí,
amila ganó el premio, y
zó gritando: «¡Camila!
soy X
«Claro que eres tú, mi Camila. ¿Q
nte, y ese beso
zón se
ra consolarlo en el aniversario de su mad
ipuladora, pero luc
eso, me enam
arra, de su ceño frunci
favoritos, arreglaba
ando sus sueños, sueños dond
isible, y él ni siq
, murmuró. «Siem
e, mientras yo, rota y vacía,
ité, pero él ya
el, con resaca, se sentó
ncio er
s días
solo le ser
hinchados y el r
tás
seca: «Estoy
n de la noche pesaba
e firme. «D
ndido: «¿Un m
n preguntas. Acompáñame, sé amable. Finge, si e
recuerdo solo mío, sin la sombra d
La idea era extrañ
a de mi partid
ué harí
mentí. «Por molesta
esperación en mi
í me deja
resignado. «Un mes.
», un nudo e
o. Tenía mi mes, trein
«Para empezar... quier
stá al otro lado del mundo
o. Puedes permitírtel
: «¿Por qué gastaría tiempo y dinero en ir contigo? C
labras
o ir», di
jiste que harías lo que te
ostraba irritación,
«Iremos. Pero no esp
spondí. Y por primer
iar Norte fue la
otante con aburrimiento, y y
de arte, me sentía org
o se iluminaba con cortinas
o de lo qu
leza nos unió. Incluso
e», murmuró, mi
entí una punza
vendía "Lazos
pareja los ataba al mirador,
turística, pero y
mbolo, au
pedírselo, lo
jos estaban fijos en una f
Ca
e piel blanca, riendo y tomán
todas las miradas,
ó. La magia del mom
a aquí. El juego siempr
. ¿Qué sentido tenía? Sería u
ntiendo el fr
sta de Camila, co
ue lo miraba, con
a decirme algo?», pre
ntí. «Solo est
que esto es difícil. Pero tienes que superarlo
do. Esta vez, sin la punzada
ente firme. «Te lo prometo. Des
aliviad
volvió, de
anzantes, mi sue
ré. «Quiero ir a un
mirando su teléfono, se
al de los Farolill
tudes y el calor. Allí
os de Verano era un torbell
pel coloreados colgaban, cr
mida frita, a dul
a primera
Axel parecía relajado. S
cluso sonrió u
e detuve ante uno de cajas
illa, pero la melodía era clás
endo la suavid
preguntó Axe
sin pa
ces es
aba al vendedor. Me entreg
rendida y conmovida. Era el primer
sintiendo una chispa de f
mes no ser
ó exactamente
¡Qué sorpresa en
familiar atravesó
con una sonrisa
do sobre el calor
u mirada pasó de Axel a mí, y
dijo, con interés artifici
respondiera,
ntado esta pieza», mintió descaradamente. S
a Axel, hacien
pramela. P
imena», tartamud
, ¿verdad?», me lanzó una mirada d
pliqué, mi voz temblab
un gesto despectivo.
, sus ojos se llenar
ón... era la favorita de mi abu
diseñada para apelar a la debil
, una súplic
vor... es impor
ón y la rabia me consumían.
rotesta f
a caja de música a Camila
o a la influence
acia mí, con expr
. Te compr
le dio a Axel un beso rápido y se alejó ta
rota, en medio del festi
que por un momento Xi
aparecido, la melodía de la
o Axel, intentando tomar mi mano.
como si su co
roso. «¿No me viste? ¿No me escuchaste? Est
que era de
miradas. «¡Ella miente y tú
tás haciendo
lozo. «Me acabas de humillar, regalaste mi regalo a
rado. Los farolillos parecían burlones
e fue. El pequeño destello
os hombros, su ros
. Fui un idio
e dejé llevar, su calor era u
caja de música mejor», susurró
ota que derr
l con una fuer
ja de música! ¡Se trata de mí! ¡Se trata de que alguna vez en tu vida pienses en mis sentimientos! ¿Alguna vez t
la rabia dio paso
de mis acusaciones lo golpeó. Se dio
», repitió, las
ra caja de música. Más grande, más orn
reciéndomela. «E
ía era una canción pop alegr
con la
a qui
es más
, mi voz fría y fin
u regalo equivocado. Ya no quería sustitutos ni premios
utos después, con d
do enmendar, me tomó de la man
té, sin oponerme, demasia
trarte algo
lugar que conocía, pero me condujo a
plantas exóticas. Y en el centro, en
con una pequeña sonrisa.
da. Ladeó su cabeza, mirán
o», dije s
aro respondió claro y ra
. Miré a Axel,
usurró. «¡No le hagas c
calló. Voló y se
su cabeza contra mi mejilla
a, solté una risita.
más afecto genuino de est
oven para mí», le dije, ac
e alegría, luego miró
», graznó. «¡Dale u
vergüenza. Se acercó rápidamente
uedes pedirle que se case contigo!», espet
ca las palabras,
repetí, mi risa
abía dicho. La palabra fl
pájaro del hombro y l
el, mi expresión
volviéndolo a la cruda realidad.
ombreció, la vergüenza reemplazada por el dolor del record
ajando la mirada
xtraños. Fiel a su promesa,
vó a museos de arte, conciertos underground
se hacer con él, cosas par
llevó a una jo
que quie
cogí un collar sencillo, c
ron mi nuca. El gesto fue tan í
e era parte del tr
rendió con un cab
etrato nuest
xel me rodeó con el brazo, su c
lienzo mostraba a una pareja genuinament
irando el retrato. Todo e
a ver los fuegos artificiales anuales des
, dijo, sentados en la hierba. «Pensé lo b
también recorda
s artificiales desde la vent
foto de ella y Axel, besándose apasionada
e momento con alguien.
tan cruel que
borrando a Camila para crea
erdos no se p
sado, un pasado que él p
llaron en el cielo, pintando
en la misma colina donde, en otro intento,
», dijo Axel, con una m
o solo sentía un pr
s. Había vislumbrado
o amable, estaba teñido d
ir, cansada de este do
a de te
e. «¿Podrías ir a comprarme
bebidas estaba al pie de la
ró, reacio
evas de aquí. Vu
la frente, un gesto dol
areció de mi vi
erto, lejos de las luces y el ruido. El
ojos y res
mé en voz baja
iones respondió: «¿Lista p
ra. Termina el protocolo
si la IA procesara un
bio significativo. La probabilidad de éxito aumentó
beza, aunque nad
misión. Ya no. S
tirás de est
ar de luna. Luego, en Camila, la caja de música, las lágrimas, la
rteza absoluta. «
lo de salida. La transferenci
se volvieron transparentes, pa
adrillos del callejón
ime
Axel resonó. Debió sen
s botellas de refre
o! ¿Qué est
vanecerme. Corrió hacia mí, intentó abrazar
or, quédate!», suplicó,
su rostro. Por primera vez,
iste y serena. Mis pierna
Axel»,
u mejilla por última vez. Mi toque f
l, la confesión sal
, dejándolo solo en el callejón oscuro, de rodillas,
iliar olor a desinfectante y el con
de hospital. Mi cuerpo se sentía débil, pesado, lleno
upación. Verlo me trajo una oleada de amor y culpa. Había pasado tanto tiemp
s y el rostro cansado pero amoroso de mi padre. Intenté concentrarme en
lo
tras mi padre había ido a la cafetería
fermera. Pero no
Ax
una camiseta negra- que le quedaba extrañamente bien. Su cabello estaba un poco de
dijo, su
de que pensé que estaba alucinando, que el
nico que pude articul
do un paso dentro de la
os blancos. Las flores favoritas de Camila
de noche para ponerl
dije, mi voz más fuer
vo, con
. son p
los lirios», d
rado con desdén. «A Camila le parecen flores de campo, muy simples. A ella le gustan los lirios, son más elegantes.» Al día
rostro se contrajo en una mue
o torpemente sobre una silla en la e
ada recorriendo mi frágil f
voz cargada de emoción. «Hackeé el sistema
aba allí, de pie frente a mí, una prueba viviente de que el
no, pero la retiré y la
era solo la barandilla de la
e toq
hirió, pero
cucharme. Cuando te fu
qué? ¿De que tu jug
ustia. «Me di cuenta de que
da amarga que se
aliento, lo miré co
son mis flores favoritas. ¿Y dices que me amas? Lárgate, A
lta, dándole
xel no
i padre se fue a de
on sopa caliente
», dijo suavemente, se
r de la sopa, simple sopa de pollo, m
bles preparándole esa s
n "gracias", sin un gesto. Y
opa. La ironía e
ngo ha
Ximena. So
uso la sopa. Llenó una cuch
a», dije, intentan
el tazón volcándose en la cama,
líquido hirviendo para protegerme, desvi
el apenas se rozó. Su mano, sin e
entraron corrie
re y le vendaban la mano a A
en? ¿No te
sacrificio instintivo... todo
ando un silencio tenso, lo miré fija
s lo que haces. Siempre te lastimas por pr
rte que la quemadura. Vi el
lo. Quería que sintiera una frac
xel regresó, mano vendad
sayuno de u
comida a domicili
te eso», dije, señalando la
sillón hasta que llegó mi comida, luego s
uiente volvió.
hazaba y un pequeño ramo de margarita
rón y se sentaba en su rincón, obs
me encontró miran
necesitas moverte un
quie
a levantarme, me envolvió en una bata y me guio fuera
sendero. El sol era débil, pe
o. Intenté tomar su mano, pero me rechazó p
s de mí, como si le avergon
nía mi brazo con firmeza, como si
resía me
frenté a él, mi p
do te necesité? ¿Dónde estabas cuando te rogaba por atención? ¡Me estaba muriendo por dentr
reprimido finalmente ca
, con el rostro lleno de dolor in
brazos y me apretó contra
lanto desgarrador, el sonid
o desapareciste... fui a ver al Sistema. Le rogué. Le ofr
us brazos, escuchand
e mi vida en el juego. Mi código, mi existencia... todo. Si lograba que volvieras a amarme, si
s muy abiertos. La magnitud d
istencia por mi opor
enfermedad en mi cuerpo no era
inita. «Ya no importa. Aprecio lo que hiciste. Pero ya
más amable que
ormir, Ximena se dejó l
ra vez que vio a
flor, tocando una melodía
ando un halo a su alrededor. Se
dejó de ser una tarea y
estos de bondad qu
a, puso su chaqueta sobre mis hombros, antes de
tamente como me gustaba, y luego dij
el que pudo ser, un Axe
s oscuros. La conversación donde me
, Ximena. C