aba los tesoros de la familia como si fueran basura. Quería que tomara mis "cosas" y desapareciera, creyendo que con eso el pro
s blancas parecían fantasmas de una vida pasada. Cajas de porcelana fina y obra
etín de cuer
Para Ricardo, era solo un objeto viejo y sin valor. Para mí, era la caja
u armadura contra la injusticia del mundo. Recordé la promesa que le hice en su lecho de muerte: "Cuidaré de la
rdo, con un tono de fastidio. "Un maletín vi
por volver a su mundo de mentiras y lujo. Pero s
Entró en el almacén con la arrogancia de una reina inspeccionando los barrios
s a armar un escándalo por esta basura? Ricardo, querido,
a le había mostrado a Ricardo. Estaba el verdadero tesoro: las copias de los expedientes de mi padre, las notas de su i
cio, se acercó más. Disfrutaba de
irador. "Si no fuera por mí, Ricardo seguiría atado a una familia aburrida y sin a
abarcando el almacén,
sonrisa torcida. "Esa cama gigante en nuestra suite principal... la
ntuve mi rostro impasible, mis manos firmemente aferrad
por el odio. "Aferrándote a los fantasmas del p
ntímetros del mío, su aliento féti
Ricardo estaba preocupado de que fueras un problema. Yo le sugerí una solución más... permanente. Un accidente. Com
do se
dente d
sido un a
era más monstruosa de lo que jamás había ima
palma. El dolor físico me ancló a la realidad, impidiendo que el grito de horror que se formaba en mi
propia sentencia de mu