ho, se sumergió en el crisol del mundo real. Vivió en la pobreza más absoluta, sintiendo el hambre roer sus entrañas y la desesperación
ciones gigantescas. Vio la corrupción desde dentro, la forma en que el dinero podía torcer la ley hasta hacerla irreconocible. Escuchó los
o un artista que luchaba por expresarse y como un científico cuya investigación era robada. Cada experien
ble. El libro se estaba impregnando de la verdadera esencia de la justicia, una justicia que nacía d
, Sofía sostuvo el libro entre sus manos. Ya no est
como si hablara con un viejo amigo. "Te pido algo más importante. No perm
al libro, una salvaguarda. No era un sello de propiedad, sino de protección. Cualquiera que intentara usar el libro con
do lo que parecieron varias vidas, y sentía que su espíritu se h
iaron cuando ella entró, su presencia más imponente que nunca. Carlos y Elena la recibie
viejo libro, el que le habían quitado. "A
había dejado. Esperó, su corazón latiendo con una c
ces, la
ba nauseabunda, resonó desde el interior de su oficina.
un eco residual de su antigua conexión, queriendo volar
del dolor, de la humillación, del frío de la celda, la ancló al
rimas de rabia y de una resolución de acero, y ante la m
un siglo de dolor, lo partió por la mitad. El sonido del lomo q
ulto, el que la había acompañado en su viaje,
oficina, un escalofrío la recorrió. Era una pregunta
ó a mi ofic
ante, mientras sus ojos se pos
lleva mi tra
staba a punto de comenzar, pero ya había dos pi