speración, debió contárselo todo a Mateo. Esa misma noche, él irrumpió en mi habitación. No llamó. S
a mi madre? ¿Que quieres terminar conmigo?"
nto a la ventana, mirando la luna
, respondí, mi
ndo la vista. "Estás haciendo un drama por nada. Ya te pedí disculpas
ntando finalmente la vista para encontrarme con la suya
r malagradecida que no aprecia todo lo que hago por ella! ¡Veo a u
con la razón. Cada palabra que yo decía, él
mbió. Una nueva furia, más
males, ¡Príncipe
confundida
e su cuarto estaba abierta. ¡Alguien la dejó abierta! ¡Y fuiste tú la úl
e esta habitación,
es, ¡y que luego dejaste la puerta abierta a propósito para que el perro
me quedé sin aliento. Ella ni siquiera se estaba esforzando por ser creíble. Sabía que
fui,
pre lo has estado! ¡No soportas que me preocupe por ella,
mentaban mi resolución. Me levanté, apoyándome en el s
quieras, Mateo.
e rabia y desprecio. Se acercó tanto que
so. "No habrá ninguna separación. No hasta que encuentres a ese perro. Vas a salir ahora mismo y
a, saboreando
aíste por andar de imprudente. Haré que tu nombre sea sinónimo de desgracia en toda la región. Nadie v
sión. Esto era pura maldad. Me estaba amenazando con la memoria de nuestro hijo muerto. Estaba usand
ro sorda, se agudizó. Por primera vez en días, las lágrimas amena
nada. Su pérdida era solo una herramienta,
porque vi en su propuesta una salida. Una salida dolorosa, humillante, pero una salida
mi voz apenas un su
a su lado. Él no se movió. Su mirada era triunfa
reno era irregular y cada paso era una tortura para mi tobillo lesionado. No tenía idea de dó
pe! ¡Prí
infructuosa cerca de la casa, mi instinto me llevó hacia un pequeño arroyo qu
é voces. Risas. Me escondí d
ena. Él la tenía abrazada por los hombros, y ella recostaba su cabeza en s
a voz que derretiría la piedra. "Encontraremos a tu perr
onmigo, Mateo. No como ella. Es tan frí
de un arrepentimiento que nunca me mostró a mí
cumpliendo su castigo, mientras él la consolaba, prometiéndole un futuro que me estaba robando. No
er. Me sentí completamente sola, abandonada en medio de la nada, con el eco de sus palabras resonando en