tando una lluvia torrencial que golpeaba el techo del pequeño edificio del aeropuerto como un tambor de guer
dad creciente. La gente se sentaba en el suelo, abrazando sus rodillas, con la mirada perdida. Vi a Laura escribiendo tembloro
una imagen de calma que no engañaba a nadie. Pero a medida qu
la primera
te, enterrando su rostro maquillado en
a atención de todos. Est
voluntario mayor. "Si no fuera
añadió otra voluntaria. "Sofía
los con un desprecio abierto. Ella se encogió bajo el p
cial evaporarse, finalmente se quebró. Se levantó de un salto y
voz baja y amenazante. "¿Este era t
ra mismo, Miguel? Estoy un poco más preocupada por el he
dad!", me acusó, su voz subiendo de tono. "
Dejé que la duda envenenara a los demás una vez más. Quería que tocaran el fondo de l
soportable, un sonido débil pero persistente comenz
... VUU
motores a reacc
a respiración. El sonido se hizo más y más f
ial. Y allí estaba, descendiendo a través de las nubes como un ángel de metal blanco: un jet privado Gulfstream
gente se abrazaba, lloraba de alivio, gritaba mi nomb
a ya descendía. La tripulación, vestida con un
menzaban a subir, uno por u
ojos llenos de una vergüenza sincera.
aura, sus mejillas sonrojad
aceptando sus disculpas con una gracia tra
Miguel me miraba con una expresión compleja de alivio, resentimiento y una pizca de mied
a de irnos," dijo Carl
ambos caminando
deteniéndolos en seco
n hacia mí,
uego de nuevo a Miguel. Una pequeñ
"Le pedí a mi padre un avión con dieciocho asientos. Uno
n sus rostros
in contarme a mí. El avión está ll