da. Mateo se recompuso rápidamente, intentando recuperar el control
ernalista que le revolvió el estómago a ella. "Dam
implemente obedeciera, como si los últ
Mateo, su mano encontrando el capó de "El Fantasma" con una familia
sentir toda la frustración y la soledad que pusiste en él. Debe ser duro crear algo tan poderoso y no poder m
endencia, el insulto velado, el intento de recl
niendo su mano sobre el hombro de Sofía en un ges
Sofía. Se sacudió la mano de Mateo c
toques"
ojos ardiendo. "Tú no sabes nada d
n. "¡Este hombre!", gritó, señalando a Mateo. "¡Este cobarde intentó mat
oca!", gritó Mateo, su ros
todos pudieran verla. "¡Y esta mujer!", continuó, su dedo ahora apuntando a Valentina. "¡Estaba dispu
era la protagonista. La gente emp
ter a Valentina y huir. Pero en cuanto su mano tocó la manija cromada, el claxon del co
mano como si se
ado en una pared cercana, sus come
el Foro: Visto
¡SÍ! ¡Hasta el coche
: ¡Eso, Fantasma! ¡
on se detuvo al instante. Puso una mano en el techo, un g
que se había quedado, se acercó. "Oye,
teléfono. "Madre mía", murmuró. "Esto no se afloja por acc
tra Mateo de forma decisiva. La gente empezó
policía", d
pados, las luces de los teléfono
una extraña sensación de liberación. Se acercó a M
coche. Lárgate de mi vista y no vuelvas
El cuero la recibió como un viejo amigo. Metió la llave en el contacto –su propia llave, la que Mateo nunca supo que guardaba– y el moto