ra, se agachó y recogió la tuerca del caliper del suelo, mostrándola en la palma d
gada de desprecio. "Yo no aflojo las tuer
es de neón. La multitud que se había acercado empezó a
y furia, Mateo se abalanz
su propia embestida, tropezó con un trozo de metal en el suelo y cayó de
labios. Cuando levantó la cabeza,
ó en su visión, proyectado sobre
el Foro: Visto
8: ¡Tómala, güey!
, se tropezó como un princi
rte es que se lo hizo él solito. S
rioridad era la seguridad. Se dirigió a los organizadores de la carrera, dos
e coche no se mueve de aquí hasta que yo lo revise
la sangre en la cara de Mateo, no discutieron.
ada. En lugar de enfrentar a Sofía o la evidencia, se volvió hacia V
te preocupes, yo me encargo de esto
íe. Herido y humillado, su primer instinto seg
fección. Se aferró al brazo de Mateo, su rostr
fía, levantó la voz. "Fue ella, ¿verdad? Lo hizo para lastimarte. Pa
n un movimiento maestro, había desviado toda la culpa del sabotaje y l
Pero antes de que pudiera responder, Mateo dio un paso adelante,
empre has odiado a 'El Fantasma' porque nunca pudiste controlar
le pasa algo más a este coche, lo llevaré al depósito de chatarra yo mismo. La que la única cosa que podía herir a Sofía má
día hacer con sus amenazas cuando los ojos de Mateo se desviaron, pasando por encima de su hombro.
bía salido. Y en ese callejón, apenas visible en la penumbra, estaba su motocicleta, el vehículo que él le había regalado
: él sabía que ella estaba allí, observando, mucho antes de que tod