, pero esa tarde, el aire en su taller se sentía pesado, casi irrespirable. Mateo, su novio, o más bien su ex
ndí, S
a, ahora sonaba extrañamente plana, c
sordo que pareció hacer eco en el repentino silencio. Limpió lentamente la grasa deste qué
inalmente encontrando su mira
a corredora de coches cuya carrera se había truncado por un accidente que la dejó ciega. La
stra que había pasado dos años restaurando desde un montón de chatarra hasta convertirlo en una belleza cromada y rugiente. Cada tornillo, ca
a, su voz temblando a pesar de su
oche era demasiado para ti, era una bestia salvaje, tú misma lo decías. Valentina lo necesita, de verdad lo necesita para volver
una risa amarga subir por su garganta. ¿'El Fantasma' para una corr
que usaba para consultar manuales, apareció una ventana de chat superpuesta, un foro de entusiastas de los coches que solo ella p
el Foro: Visto
¿Le vendió el Impala a la ex
s esa Valentina la que corre para el
ateo no quiere que ella gane. Quiere que pierda, y que pierda feo. Est
inal. La carrera es esta noche. Quieren que parezca un accidente trágico, que "la bestia" era d
nta, era una traición. No era solo una traición, era un pl
era hielo puro. Agarró la llave inglesa de
no se resquebrajó. "No te pongas así, Sofía. E
a!", gritó ella, y la fuerza
Como quieras. Pero no te atrevas a acercarte a esa carrera. E
uerta del taller con un portazo que hizo
la sacudió. Corrió hacia su casillero, sacó las llaves de su motocicleta y se puso la chaqueta de
Mateo estaban debajo del chasis de "El Fantasma", cubiertos de grasa, riendo. Él le pasó una cerveza fría y la besó, su
a parte de una larga y retorcida manipulación. Él nunca había visto el coche como ella lo veía. Para él, solo era
pantalla del monitor, invisible p
ica que puede detenerlo. Ella const
¡Ve por él, chica! ¡R
dad, con un solo pensamiento en su mente: salvar a su coche, salvar a una mujer que no conocía y exponer a Mateo por el monstruo que realmente e