, mi santuario personal y le
gre: Mateo, el nuevo aprendiz de mi esposo Diego
Legado", era una profanación dire
, pero él, ciego por su ambición, lo justificó diciendo
mi herencia me dejaron helada, transfo
que no discutiría má
que canceles el contrato de export
, cortando el sustento de
lpable: "¿Qué hiciste, Sofía
l taller," le dije, "tien
fuera y una disculpa pública r
calma fría me guio hacia su preciada
latón que usábamos
e Tláloc, la dejé caer al suel
da escultura, mi furia materializándos
as llaves y la disculpa, pero también
nuevo tipo de miedo, sabiendo que el matrimoni