ilencio tenso roto solo por el suave chasqui
so, Rodrigo Herrera, entró con una sonrisa depredador
as "Siete Flores de Oro", Rodrigo arrojó sobre la me
ete mujeres, que habían vivido de su "generosidad", que se co
zándose de nuestra degradación, aj
on miradas, su aparente sumisi
, se encolerizó aún más, llegando hasta e
quiebre, el pun
abía es que esta no
crueldad me llevó a perder a nuestro hijo
y cada golpe, mi resolución
no sería s
é el día de nuestra boda, con todos lo
que Rodrigo lo pe
s rivales, sino mis aliadas, mujeres
lera de Color en mis manos, firmé el divor
ara huir, sino para con