ían sus tierras: el heredero debía casarse con alguien de su mismo estatus
r, la "Reina del Teq
Patrick Castillo,
a la dirección del imperio "Casa Salazar", el conglomera
alera en los mismos campos que un día iba a heredar. La vi arrodillada sobre la tierra roja
l, pero sus ojos bril
con la ropa sucia y el sud
lo quiero se
zón y me llenó de una esperanza
ue cualquier castigo físico. Para asegurar la continuación de su "linaj
hombre de una estirpe "adecuada". Ese hombre era Leo
n heredero varón, Scarlett se
alabra que más escuché de
n poco más", me di
ó con Leon, una y otra vez, hasta que quedó embarazada. Cada
r, anclada en sus tradiciones machistas,
co más", me suplicó Scarlett, con los
ió a la cama de Leon, noche tras
viendo cómo el amor de mi vida se sacrific
ragedia golpeó. La hija de Scarlett y Leon, una niña pequeña e ino
arlo un segundo,
Me agarró por el cuello de la camisa y m
conmigo! ¿Por qué dañas a mi
t. Su padre, un hombre imponente y severo, m
ieta y te atreviste a
mara de refrigeración que usaban para el proceso de fermentación del tequila. El frío cortante
empañado por mi ali
n amor infinito, ahora solo reflejaban una fría y amarga decepción.
", su voz sonó ahogada, rota. "¿Po
había hecho resonaron en mi mente: "Patrick, solo seré tu es
tro hombre y me miraba como
ada, estaba congelado por fuera y destrozado p
padres de Scarlett. La matriarc
moción. "Pero quiero que me envíen a un lugar donde e
ltó una risa cargada
e que podías casarte con nuestra hija?
ienda. Scarlett, Leon y su hija. Parecían la estampa p
vio y corr
s. Si me oponía a ellos, te habrían hecho más daño. Solo ten
nada. Eran excusas vacías que no
ara protegerte?", insistió,
. En su muñeca, llevaba el reloj de mi padre. El único recuerdo que me quedaba de él
que la sangre me hervía. "¡Es
e inmutó. Su rostro se
ómalo como una disculpa por lo
zo. "Nuestra hija". Ya no era "la
abia, me abalancé sobre Le
áme
da, tropezando hacia atrás y gritando
etente!", gr
dí el equilibrio y caí hacia atrás. Mi cabeza se golpeó c
a Scarlett corriendo hacia Leon, ayudándolo a l
él, con una ternura que
is hijos. No dejaré
lí, sangrando en