jer que dejó todo, incluso a su adinerada familia, para estar con un hum
go, sino con Leon Hewitt, el heredero de la familia rival. Me pidió que esperara, una y otra vez,
tras Scarlett, la mujer que una vez lo arriesgó todo por mí, se mostraba indiferente o incluso me culpaba. En un momento de pu
indiferencia tan fría, en una traición constante que me dejaba en un abismo de dolor
renunciando al amor que me había destrozado. Me refugié en un remoto pueblo, convirti