itada, y trató de parecer tranquila, pero
na madurez forzada. "¿Crees que soy
o. Cualquier palabra que dij
lencio, ella pareció encontrar
una voz tan baja que apenas fue un
ió unas horas, a
inocente, sosteniendo la toga y el birrete. "Sofía, mir
ella, co
nía un olor extraño, ni de que el
adre y la había cambiado por la mía, sabiend
a de diez años, un plan para humillarme y destruirme fre
mbra cubriéndome por completo.
ué signifi
la, que se había refugiado detrá
llozó Isabella. "Dijo que quería parece
urda, tan cruel, que
me dirigió una
casa", dijo, su voz desprovista de cualquier emoción.
diera haber albergado sobre ser aceptada,
o, de amor no correspondido, se red
ontrando una extraña fuerza en la devastaci
zo, un gesto simple que se sintió c
una década no se había derretido, simplemente se había
toriosa, asomó la cabeza
ada. "¡No quiero volver a verte! ¡Quiero
ión total, como si yo fuera un