aroma de mi sacrificio. Invertí cada gramo de mi energía y cada
da, su "amiguita de la infancia", Carla, le ofreció un té de hierba
ro ante mis ojos, Mateo me abofeteó, de
prestigio contra mí. Me convertí en la villana de México, fui humillada públicamente, perdí m
o: "Gracias por todo, Sofía. Con tu muerte, todos creerán que te suicidaste por la
a mí, Carla ofrecía a Mateo la misma taza humeante. El tiempo había retroc