romiso frente a la academia. Él le había dado el collar que era una reliquia de mi familia, un regalo que mi madre me había dado para mi futura boda. Cuando lo confronté, destrozada, él
a una fracción del
en el camerino, tan fuerte que la cabeza de Javier se giró hacia un lado.
baja y peligrosa, "v
a mejilla, sus ojos se abrie
! ¡Está
. Y veo con perfecta claridad quién eres. No eres un artista. No eres nadie. Eres solo el hijo de un hombre con diner
to, y enfoqué toda mi atención en Isabe
del reglamento de la Academia de Flamenco de la Familia Reyes establece claramente: 'El plagio de coreografía, música o diseño de vestuario será ca
, una ley escrita por mi propio abuelo. La palabra "expulsión" y "
eroso. Nadie quería ser cómplice de un delito tan grave. La simpatía por Isabella se eva
ir. "Sofía, es solo un
irarlo. "Esto no te concierne. Es
mano haci
la oficina del
aquillaje corrido. Sabía que estaba perdida. No había escapatoria. Si s
unto de sacarla del camerino, de ejecutar la sentencia que ella misma se había
SUÉLTALA A
o Fernando, el padre de Isabella y el director de la academia. Y en su mano, sostenía una vara