do se
rocesar lo que mis ded
ls
a pos
staba de luto en el sillón, su padre me había
quedaron pega
o me recorri
itación empezó a dar
n cable de alta tensión, tropezando hacia atr
esitaba aire, necesit
un torbellino
o en aquel
queño estudio, con las
lluvia, prometiéndome un
l pensamiento gritó dentro de mi cabeza, un eco de u
ansión de la que nunca me hablaste
na a mi crisis, sumida en su propio dolo
ue reco
e ser pr
r hondo, a calmar el
cama, esta vez con un
la más remota esperanza de que él es
ceites y los
l, mi rostro a cen
e su boca, buscando el
a
teria carótida, presionando con fuerza, buscan
a
había imag
nte macabro, mi propia ment
entimental que se dejaba lleva
ación y una profunda tri
trabajo q
erpo, mis ojos se detuvieron de
impia, como la que
queñas abrasiones que no encaja
bien... mar
en lo hubiera
del Sr. Velasco sonó desde el otro l
obre
!", respondí, mi voz cargada de un
a", dijo él, usando mi nombre de pila, un recordatorio
mbre me puso lo
e mí? ¿Sabía de mi
de pánico se
un trabajo extrañ
na razón, y no era solo por
a quien culpar si algo salía mal, o peor aún, alg
do de que mi voz sonara tranquila, "Pero su
e frustración al otr
hora, tenía que salir de allí
a
to, al menos la parte vi
area, mis manos moviéndose
al máximo, buscando cualquier otra señal, cualquier cosa
lencio absoluto de l
o casi i
sus
rceptible, pero inconfu
os labios
taba