o instintivo, protector. Hacía dos semanas que tenía un retraso, algo inusual en ella. Lo había atribuido al estrés de un proyecto, pero ahora, en medio de la ruina de su vida, una certez
e la ataba a esta pesadilla. La desesperación la inundó, una ola negra y amarga. ¿Cómo podía traer a un niño
sa maliciosa, pareció notar el gesto de Sofía. Se acercó a Ricard
te alto para que Sofía lo escuchara. "Toda esta tensión... el doctor d
ue resultaba casi cómico, si no fuera tan efectivo. Ricardo se vo
a, ¿no ves que estás alterando a Valer
sintió que la rabia le quemaba la garganta, ahogando
enida. "¡Tú estás planeando destruir a mi familia! ¡Me has estado usando
arle todo, para exponerlo allí mismo. Pero
ojos. "No entiendes la presión bajo la que está Ricard
ritó Sofía, perdiendo el contr
e, doloroso. Su rostro estaba a centímetros de
e, pero te aseguro que el único nombre que quedará manchado será el tuyo. Tengo contactos, tengo poder. Puedo hacer que
emplazó a la rabia. Sabía que no era un f
a, su último hilo de resiste
que Sofía había visto en su vida. Era una s
cidente en sus tierras. Un incendio, una disputa que se sale de control. Son gente sencilla, no están preparados para los problemas que gente como yo puede crear. Si me creas problemas a mí, Sofía
daba, la única cosa pura y real en su vida: su familia. La miró a los ojos y supo que había perdido. Estaba atrapada, silen