img Gestando a los Hijos de mi Jefe  /  Capítulo 4 Propuesta cuestionable. | 80.00%
Instalar App
Historia

Capítulo 4 Propuesta cuestionable.

Palabras:1095    |    Actualizado en: 07/07/2025

estado de ánimo de Amelia. El recuerdo de su tía entre rejas la había des

a de refugio en la rutina de sus tareas domésticas. El agua fría en su rostro no log

yó abrir la puerta. Era Davis, el imponente guardia d

y su postura rígida, hizo que Amelia tragara

ñor? -preguntó Amel

rave pero respet

. Perdone la molestia. Tengo

po de mensaje? -pregu

h desea verla

ina? ¿Aquí,

a. El señor Koch me ha orde

ecesito unos minut

el señor ha insistido en qu

se retira, dejando a Ameli

la cocina y, con

r a la empresa. El

ero no sabía para qué. ¿Sabe para qué te

ue me vaya a despedir. Ya sabes cóm

o es nada malo. Tal vez solo quiere

razón. Pero co

ía en mí. Además, voy a rezar para que todo vaya de

tard

a, la ansiedad se apoderaba de ella más y más. Le sudaban las manos, resbaladiz

calmar el calor que sentía en el rostro n

de repetirse en su mente, alimentando sus temores. Temía lo peor y se ima

señorita -le dijo Da

levemente, in

ia notó cómo un aire muy extraño le erizaba la piel, una

placar el temblor que la invadía. A cada paso que daba, el eco

La puerta de madera oscura, con la placa dorada que rezaba «Noah Koch», se alza

e la puso aún más nerviosa. Noah estaba de pie, de espaldas a

ificante. Davis, fiel a las órdenes de su jefe, la dejó entrar y cerró la puerta tras ella, dejándola sola

ia, para hablar contigo. Ten

-respondió Amelia, y

da que compre

n comprender aún las intenciones

gestar unos embriones -f

-se espantó

res una joven fuerte y

a, señor. Lo que

absurdo. Piénsalo bien, Amelia. Podría

r mi cuerpo, se

precio, Amelia. Solo ti

hambre antes que ac

que perder. Sé que tienes una tí

no me ha

tía de prisión. Tengo contactos en todas partes y los usaré para ayudart

espalda, se agarr

a sus pies y tratan a los demás como mari

estoy poniendo a tu disposición para ayud

ebí v

riendo, pero Noah la suj

a. No se te dará la o

na mirada llena de desprecio. Sin decir nada más, salió de la of

sta que finalmente salió del edificio. Afuera, respiró hondo tratando de calmarse

l rostro. Su deseo de ser padre, un anhelo que lo consumía, lo había llevado a hacer una propuesta a Ameli

Instalar App
icon APP STORE
icon GOOGLE PLAY