se acercó a Sofía y la ayudó
aquí. Este es un lugar decente", le espet
limpió la cara y el cuello con una
ara sí misma, pero lo suficientemente alto para que Sofía la oyera. "Los ho
el juicio en los ojos de la enfermera. No tenía fuerzas para defenderse. Solo quería desaparecer. Le
o brillante, demasiado alegre para el infierno que estaba viviendo. Caminó por la calle
ó una voz detrás de ella.
mbre que le había arrojado la sopa. La estaba sigui
te miren? ¡A mí me gusta mirar!
s y sus gritos cada vez más cerca. La gente en la calle se apartaba, algunos miraba
tratando de recuperar el aliento. Sentía las miradas de todos sobre ella, como si llevara una letra
no quería preocuparlos, no todavía. Sus amigos... se
no tenía más opción que volver a la casa. Era
ó en silencio. La casa estaba extrañamente quieta. Subió la
tacones de aguja rojos, inconfundiblemente de Camila, tirados en el suelo d
de adentro, escuchó un sonido. Un gemido sua
ky... eres mucho mejor que todos esos idiotas juntos...
seguida del sonido rítmico y obsceno de la cama golpea
so, tan abrumador, que se convirtió en un vacío helado. Se apoyó en la pared para no caer, el
que había jurado amarla y protegerla profanaba su hogar y su matrimonio con la mujer que había orquestado su humill