la habitación con una bandeja de desay
la cama", dijo, su voz empalagosamente dulce
aldas a él, mirando la pared. La
mbre", dijo
esita de noche con un golpe sec
s bebés", dijo, su tono ahora duro. Luego añadió con sarcasmo:
preguntó ella
amor y tan obsesionada con la noche de bodas, vam
e Sofía se d
rarle al mundo que esos niños
su mente vacía de todo excepto un dolor sordo y profundo. Durante el trayecto en coc
la entrada, esperándolos, estaban los cinco "amigos" de Ricar
de arriba abajo con una lascivia descarada. "La futura mamá. Te ve
ía se encogió, intent
seguido por su séquito de hienas. En la recepc
DN prenatal necesitamos que el embarazo tenga al menos siete semanas.
n el puño. "¿No entiende quién
ible, señor", insisti
o tranquilizadora en el brazo de R
iente, ¿verdad?", dijo, mirando a Sofía con una sonrisa cruel. "Con gemelos, siempre ex
miró, c
que todos en la sala de espera la oyeran. "Dado lo 'apasionada' que fue tu noche de bodas, un
de espera. La gente empezó a mirar a Sofía, a susurrar. La humillación e
r mayor desde una esquina. "¡Una
la tragara. Las lágrimas corrí
o solo en un rincón, se levantó de un salto. Sus ojos estaban desorbita
na mesa cercana, tomó un plato de sopa caliente
agudo, insoportable, pero no se comparaba con la agonía de la humillación
recido a la lástima en los ojos de Ricardo
se aferró al brazo de Ricardo. "¡Ay, Ricky, qué susto
Olvidándose de Sofía, que estaba en el suelo, l
tranquila. Ya es
os "amigos" lo siguieron, lanzándole a Sofí
ozada. El mundo entero la había visto ser humillada, y su esposo la había abandonado para consolar a su