la Moda", me sentía la re
de la industria, y yo, Elena, f
bre que me abandonó en el altar por m
e con su falsa lástima y ofrecerme un puesto
revivió el recuerdo más oscuro: su "amnesia" fue
de ser descartada por quienes más
genua de hace cinco años,
fría, levanté mi dedo anular, donde bri
ble, el hombre que Ricardo buscaba desesperadamen
me atacó, arrastrándome, rasgando mi vestido, hasta
staba perdido, de algu
icardo, desquiciado, me arrastró de regre
cuchillo, intentó amputa
la voz de un asistente retumbó: "
velando mi verdadera identidad
struirme, ahora enfren
enfrenten la ira de Marcos Varela