ía Rivas, sonaba a marcha fúnebre mientras observaba a mi
u lado, la misma que, meses atrás, había sido el "error" de una noche y
advertencia, exigiéndome "comprensión" para la "pobre
tora sobre su vientre, se acercó para agradecer la "a
rtante como cristal. "Sé perfectament
riana dramatizó una caída, y él, sin dudarlo, me miró con u
rtamento, supuestamente para darle "tranquilidad" a Ma
ivorciarme, él contestó una llamada de Mariana y se fue corriendo,
areos se hicieron constantes, un susurro
fotos de su vientre y Alejandro, eran puñ
íblemente egoísta y cruel!", me gritó Alejand
i nadie me lo arrebate", respondí, mi voz ahora firme, mientras me prepara
ingiendo amenazas, insinuó que yo era la culpabl
ema con el bebé; en el caos, le entregué a Aleja
ida en un infierno del que ni tu madre podrá salvarte"
do por las cosas del bebé de Mariana, y Alej
e ya no era mía, y un mareo se apoderó de mí,
, pero él, sin dudarlo, me colgó, argumentando qu
luces se acercaban: Ricardo Morales, el
oscuridad me venció, lo último que escu
e, me reveló que me había estado observando, que siempre s
gnóstico demoledor: cáncer
guir al mejor equipo médico, mientra