tomar fotografías de paisajes, Sofía,
ria sonaba grave y seria a través del teléfono, in
z del atardecer pintaba de naranja los rascacielos de la ciu
sajes, voy a documentar la verdad, a dar voz a quien
izca de duda en ella, la decisión e
ero desapareció haciendo exactamente esto, ¿estás se
édico voluntario que se había perdido en una misión hacía años, er
calma que sorprendió incluso a ella
Alejandro. Ahora solo era un eco de lo que fue. Sus ojos se posaron en su mano izquierda, en el deslumbrante anillo de compro
o. Estaban en la playa, bajo un cielo lleno de estrellas, el sonido de las olas era la única música. É
ida, la mujer que transformó mi mundo. Cásate conmigo, prometo hacerte feli
encontrado a su alma gemela, al hombre que la amaría incondicionalmen
a e influyente, nunca la había aprobado. Para ellos, Sofía era solo una fotógrafa de bodas sin un apellido importante, la h
cruel, insinuando que Sofía solo estaba con él por su dinero. Alejand
oso comedor. "Ella es la mujer que amo y con la que me voy a casar, les guste
e gesto fue la prueba definitiva de su amor, un amor tan grande que podía desafiar al mundo entero
undo se hizo pedazos. Estaba revisando los detalles finales de l
sola
a, un cuerpo que no era el suyo. Sofía sintió que el aire le faltaba, su corazón se detuvo por un instante antes de empezar a latir con una fuerza dolorosa, como si quisier
ía a casa. Rápidamente, se secó una lágrima solitaria que había escapado y
jando su maletín en la entrada. Se acercó a ella y la abrazó por la
mezclaba con otro, uno floral y dulce que ella no reconoció. Su cuerpo se tensó, una náusea helada subió por su garga
" mintió, su voz sonand
ezaron a deslizarse por su cintura, buscando una intimidad que ya no existía. Justo
n suspiro de frustración, su atención se desvió por completo. Miró la pantalla y
más frío. Se alejó hacia el balcón para hablar en privado, dejando a
dico más importante de la ciudad solo para publicar una foto de ella con la frase: "Para Sofía, la mujer que me enseñó a amar. Tuyo por siempre, Alejandro." El gesto fue
aba la ide
metal estaba frío, tan frío como su corazón. Su rostro estaba pálido en el reflejo de la vent
e juró amarla para siempre la h