stro, una sonrisa que no llegaba a sus ojos fríos y vacíos. Miró a Camil
? No es nada personal, Camila," añadió, girándose hacia su hermanastra, "es solo que... es un
andro, ansioso por evitar cualquier conf
prometida? Llama a tu gerente. Ahora." Su tono era autoritario, el del hombre poderoso acostumbrado a dar órdenes. Estaba ac
repentino desprecio público. S
, y salió rápidamente
"Disculpen la escena," dijo en voz baja. "Esa chica, Camila... siempre está metida en pr
abierta de Sofía. Así que no era la primera vez. Alejandro no era una
ada, carraspeó. "Voy a salir a fumar un cigarrillo," anunció
la, a asegurarse de que no arruinara sus planes. Desde el interior de la tienda, a tra
te que la esperara y salió de la tienda. Se movió con sigilo, como una caz
on una desesperación y una furia que nunca le había mostrado a ella. No era un beso tierno, era posesivo, casi violento. Las
ntenedor de basura, obligándose a mirar, a grabar cad
ronca contra los labios de Camila. "¿Por qué tenías
, Ale? ¿Tu farsa de boda con mi aburrida hermanastra? Querí
scuchó las siguientes palabras de Alejandro, pa
a de desprecio. "Un par de palabras bonitas, un regalo caro, y cree que
preguntó Camila, pasando
ió él antes de volver
jandro le había profesado, era una mentira. No solo la había engañado, la despreciaba. La v
stenía su mano, como si fuera la cosa más frágil del mundo. La forma en que la miraba mientras dormí
secó la cara con el dorso de la mano, un gesto mecánico. La chica que lloraba por un c
ada de la boutique, su postura era erguida, su
o tono, su voz era
¿Dónde
vestido es un poco apretado," mi
me tiene loco," dijo él, la mentira deslizánd
," respondió ell
había cambiado. Ya no era la víctima. A part