faro en la niebla. Era real. Mi plan de escape, mi futuro, estaba sel
ocina, donde yo estaba intentando tomar un café en paz. Sus rostr
irectamente del cartón. "El correo de la universidad. A nosotros nos llegó
. Asumían, con esa arrogancia que les era tan natural, que nuestro plan de toda la vida seguía en pie. Los
davía no he revisado" , mentí
ebrarlo. Isabela va a organizar una pequeña fiesta para no
es, en mis planes, era una invasión. Quería negarme, gritarles que se fueran al diablo con su fiesta y su nue
udiar" , dije,
más suave, más manipulador. "Solo un rato.
a no los incluía. Pero la presión era inmensa, y al final, cedí. "Está bien. Un
y el aire estaba viciado con el olor a perfume caro y alcohol. Odiaba este tipo de ambientes. Siempre lo habí
demasiado corto, riendo demasiado alto, tocando a Mateo y a Sebastián constant
zo falso que me puso la piel de gallina. "Justo a tiempo, est
o la interrumpió. "No, pide la hawa
ación. "Eres tan dulce. Bueno, h
itaba volúmenes. Mi gusto, una constante en sus vidas durante más de una dé
stancia. Vi cómo Isabela se reía de un chiste de Sebastián, cómo Mateo le quitaba un trozo de piña de la boca en un
cesitaba comprar algunas cosas para mi viaje. En la sección de equipaje, mis ojos se
z de Sebastián me sobresaltó.
espondí s
qué quieres tanto espacio si solo nos
ladrillo en el muro de silencio que estaba construyendo e
Isabela. Estaba hablando por teléfono, pero lo s
e echaron de casa solo porque... porque no quiero estudia
mente maquillado. Era una actuación digna de u
ndola con un brazo. "Puedes quedarte con nosotros. En el
ella, mirándolos con oj
, su rostro lleno de una compasión m
, mi espacio personal en nuestro plan original. Ahora se la estaban
o, el último vestigio de afecto que sentía por ellos se convirtió en pol