as maquetas rotas en el suelo al pequeño Coco, que ladraba confundido, y a Sof
e mí. Me empujó con tanta fuerza que choqué contra la
uperar el aliento. "Fue un accidente, ell
ahora sollozaba en el suelo, haciéndose la víctima. La
i amor? ¿Te hizo a
endo su rostro en su pecho. "No.
us ojos inyectados en sangre. Señaló a Coco, que
puro. "No quiero volver a ver a ese animal
e. Me agaché y abracé a Coco, protegiéndolo
rsionado por la rabia. "¿Vas a elegir a un p
a cercana, un regalo que mi madre me había
lo que me obligas
r a Coco o golpearme a mí, pero el jarrón voló por el aire y
se convulsionó y luego quedó quieto en mis braz
la vista hacia Diego, sosteniendo el cuerpo inerte y cálido de Coco. No h
surré, la pregunt
rse cuenta de lo que había hecho. Pero duró solo un instante. Miró a Sofía, que aho
la masacre que había causad
os" , m
n el apartamento, con el silen
se filtraba a través de mi ropa. La escena era una repetición macabra de mi vida ante
rón. Una maldición. Todo lo que yo amaba, todo lo que era mío, estaba destinado a ser destruido si s
tencia de muerte, no solo para mí,
teléfono y llamé a mis padres. N
n la escena: yo en el suelo, el cuerpo de Coco, las cajas, los muebles volcados. Mi madre soltó un grito ahog
i voz rota. "Me voy de a
lto para intentar arreglar las cosas, para ofrecer una de sus disculpas vacías
ra todo. El guion se había roto en mil pedazos, igual que el j