de fingir. Me quitó el acceso a las cuentas bancarias conjuntas y me dio una tarjeta de crédito con un límite ridícul
or, pero no tenía libertad. Mis días eran largos y vacíos, pasaba las horas dibujando en mis cuadernos, el único
elea con mis padres, descu
vida. Se lo dije a Ricardo, esperando, tontamen
ora. "Bien" , dijo. "Un hered
guardiana. Monitoreaba mis llamadas, revisaba mis salidas. Elena venía a visitarme a menudo, con su sonrisa de víbora, trayéndom
a, una incubadora humana para el linaje de un hombre que me des
ctica. Empezó a ser amable de nuevo, pero
acariciando mi vientre. "Cuando nazca, todo será diferente.
ufraga. El bebé se convirtió en mi única
finalmente sostuve a mi hijo, Leo, en mis brazos, todo el sufrimiento pareció desvanecerse. Lloré de alegría, de
e protegerl
semejanza. Lo colmaban de regalos caros, de dulces, de todos los cap
ras, él las tiraba al suelo. "¡No quier
rmir, él me lo arrebataba de las manos. "¡Ab
berrinches, aplaudían su mala educación. Me desautorizaban constantemente
a verme com
te. Pasé toda la mañana decorándolo con carritos de carreras, tal como a él le
na pastelería de lujo. "¡Feliz cumpleaños, mi prínc
rrió a abrazar a Elena y
o!" , gritó. "¡Quiero el
suelo. El chocolate y la crema se
ndo apoyo, una pizca de decencia. Él simplemente se encogió de hom
, una sonrisa d
do. Nada cambiaría nunca. Yo no solo había perdido a mi prometido y a mi hermana. Tambi
ecordatorio de un pasado que querían borrar. Y mi