grimas. Conduje sin rumbo, con el eco de las mentiras de Mate
amento d
pasar sin preguntas. Subí en el ascensor, sintiéndome vacía y
illa facial puesta. Su expresión de fastidio s
pasó? ¿Por
ho desde que era una niña. Ella me abrazó con fuerza, guiándome hacia el interior de su i
a. Cuéntame qué te
ujer, el niño. La doble vida de tres años. Con cada palabra, la expresió
iné, me abr
ta", siseó. "Lo
la en medio de la tormenta. Sofía, con toda su superficialidad,
ambién he tenido que lidiar con hombres mentirosos. El mundo es
rimera vez que admitía alguna imperfecc
el intercomunicador
señor Mateo está aba
se volvió cortan
largue. No es b
irá hasta hablar
bula. "Entonces que s
ués, oímos golpes dese
favor, ábreme! ¡T
angustiada, rota. Era u
esde el otro lado de la puerta.
o es entre mi esposa y y
ntiroso con dos familias? ¡Creo que e
tan brutal y directa q
arla es vulnerable, está sola! ¡Y el niño... el niñ
su amante y a su hijo como escudos, como una for
puerta, mi tristeza reempla
an?", grité a través de la madera. "¿Y qué hay de mí, Mateo? ¿Qué
!", suplicó. "¡Tú eres mi e
ue significa. Dices que amas a Ana, pero le mientes. Dices que proteges a la otra, pero
a puerta. Luego, Mateo habló de nu
es de estas cosas. Tú tienes tu vilabios de Sofía. Fue un sonido
ra, Mateo? Al menos yo solo tengo que fingir para las cá
dejó helada. ¿A
preguntarle, Mateo la
me tiempo! ¡De hecho, ya estaba planeando hacerl
re se c
os semanas. Un viaje a París que él h
puerta d
rostro bañado en lágrimas. Al verme, su expre
na
. justo antes de nuestro viaje?", pregunté, mi v
Iba a dejarla para siempre
ltimo pedazo de mi c
los boletos de avi
se quedó
Qu
de crédito que usaste para comprarle el boleto a ella y a tu hijo. P
ida. No iba a terminar con ella. Iba a llevar a su o
leto. Ya no había actuación, solo la cara d
a puerta e
. Ella me miraba con una mezcl
os que esto no era so
de un hombre que se creía in