an Telmo, un domingo caluroso que
aire que no estuviera viciado por el olor a
itt, la hija de un socio inglés, para fusionar nuestros imperios v
onces
ura azul en la mejilla. Vendía pequeñas tablas de madera decoradas con fileteado por
ns rotos. Parecía que no tenía nada,
ingiendo inte
é, señalando una tabla con u
ros me analizaron sin prisa. Una son
rico aburrido, es más caro", dij
e me hablaba
sentó, extendiendo una
pondí, estrec
era en realidad Luciana Salazar, la única hija de un magnate minero, más ric
su círculo de amigos, incluido
artesana pobre hacer que el intocable heredero
e polo de pura sangre. Una
o como un idiota, caí