pero para mí, la oportunidad perfecta para reafirmar la honestidad. Usando el dinero de la ofrenda de la iglesia, lo llevé a la panad
tos de que Máximo llevaba meses robándoles miles de euros, una mentira monstruosa. El terror me invadió cuando arrastraron a mi hijo a la ent
, la verdad retorcida, la maldad campando a sus anchas. La desesperación se transmutó
Y una nueva Lina, una madre dispuesta a todo