levaba ocho años casada con Máximo, ocho años sacrificando mi pasión, l
as y, lo más importante, le di un secreto ancestral de mi abue
, y para él, el éx
visar y me ignoró, mientras mi prima Sofía, la favorita de mis padres
ado por ellos, me miró con lágrimas en los ojos y me
la lealtad de mi hijo, de mi propia familia, en su "gran día". ¿Cóm
la rabia, puse los papeles de divorcio sobre la