con sorpresa, luego co
ntil. ¿Un berrinche
inche, Máximo.
leyó por encima. Su so
a suma generosa para que no digas que te dejo en la c
me derrumbara. Creía que usar a nues
, dije s
aciló. No se
sin Leo", dijo, su voz perd
o", respondí. "Firma los papele
uviera deshaciéndose de una molestia. Pensaba que
no iba a
ayoría, pero para él era solo calderilla. Corté todos los lazos
ia la cuna del flamenco.
s raros del que había oído hablar. Le vendí la fórmula original de mi abuela, la que Máx
o. Mucho más de lo que
r hecho hace años. Abrí mi propio tabl
y lo transformé. No era un lugar para turistas, e
ví a
y una pasión que había mantenido reprimidas durante ocho años. Cada giro, cada za
enía de todas partes para ver a la bailaora misteriosa c
invisible de un bodeguero. Era Lina. Solo Lin