Máximo se aferraba a mi brazo, orgulloso, presentándome como
estido rojo que captaba todas las miradas. Se deslizó hasta nu
é sorpresa encontrar
ntosamente, su at
sta, Lina? Elige
e convirtió en un infierno. Sentía los ojos de todos clav
salir, dos hombres, viejos conocidos de la f
"Creía que tu familia estaba en la ruina. ¿Qué haces,
tentó zafarse, pero
ó Máximo. Su rostro se transf
a en paz
los. Los golpes sonaron secos y brutales.
se dejó caer, fingiendo
, mi pie!
lo, me empujó a un lado sin siquiera mirarme. Perdí el equilibrio
ráneo. Sentí un líquido calient
ez. Lo vi desaparecer por el pasillo, susurrándole palabras de c