no tendrían hijos. Pero la llegada inesperada de dos gemelos adoptados, Leo y Luna,
rdad escalofriante: su útero había sido extirpado hace cinco años. El consentimiento para
para que esta diera a luz a los verdaderos herederos de los Vargas. La supuesta enfermedad terminal de Valeria era una mentira. La
nado de la manera más cruel imaginable y usado su cuerpo para sus propios fines retorcidos?
ó secretamente a un abogado y, reuniendo pruebas delictivas y videos incriminatorios, s