a herencia familiar y el tratamiento de mi madre. Mi única reliqu
da de mi madre. La vi como una salvadora y acepté su condición de casarme con ella. Años desp
te de mi padre y me humillaba públicamente, siempre poniéndose de su lado. Pero la verdadera pesadilla comenzó cuando Javier, su amant
por su negligencia. Mi único hijo por nacer fue cruelmente arrebatado por su mano, y
e era hora de desaparecer. El mundo creería que m