oluto. Camila cruzó la entrada principal con el corazón en la garganta, aferrando la maleta con todas sus pertenencias
l ala este. Tiene baño privado y todo lo
n mundo que no le pertenecía. Estaba acostumbrada a pisos con baldosas rajadas, al olor del detergente bar
-preguntó en un inten
por qué cruzarnos fuera de los eventos públicos o las co
abios. Ni siquiera i
viene de visita y pregun
o si es necesario. Pero eso solo ocurre cuando hay test
s, pero sí un mínimo de cortesía. Después de todo, acabab
con todas las personas o so
y la miró por primera vez d
entales. Este es un trato comercial. No te haré daño, pero tam
to. Lo
os piezas de ajedrez midiendo el primer movim
primera aparición pública como pareja. Asegúrate de est
e debo decir sobre
ediata. Una conexión que nadie entendería. Las
s, desapareció
de terciopelo azul, armario empotrado lleno de ropa nueva, incluso una pequeña biblioteca con títu
Le había enviado un mensaje diciendo que tenía una oportunidad de trabajo que la obliga
ajena. Un año de usar vestidos prestados y sonrisas falsas. Un año al lado d
esa decisión por necesidad. Y las decisiones t
con el ama de llaves o alguien que le explicara las rutinas de la casa, pero
able, hojeaba algunos papele
-dijo ella, c
spondió, sin lev
encio entre ambos era casi sólido. Si estaban casados, aunque fuer
sayunas solo
a sin distracciones -re
e la mesa, un poco más
rte tanto por dejar claro que
una ceja y l
al. Solo no c
espeto s
eso, terminó su café, recogió su carpeta de documentos y sali
taba allí por amor. Pero tampoco pens
a llamada Elsa, que hablaba sin parar mientras tomaba medidas,
lite empresarial estarán allí. Y si vas del brazo de Leona
o que era todo eso. Ni de lo irónico que resultaba tener
ió. Vestido negro de satén con espalda descubierta, labios ro
punto. Ella descendía por la es
su expresión. Una pausa imperceptible. Una mirad
sentable -dij
arqueó
pone que es
ó, sabiendo que, a partir de ese momen
ntes de salir-, esta noche t
sostuvo
mpecemos a
una vida en la que las apariencia