– Apellidos
de la ciudad. Emma caminaba rápido por Portobello Road, protegida por su gabardina azul marino. No había dormido bi
común. No uno que pudiera at
a
ahora, cargada de posibilida
-
argaret estaba en su oficina, los técnicos en sus me
ueva sección del lienzo. Cuanto más retiraba el barniz antiguo, más se revelaban matices nuevos: una s
frase brotó baj
e pronunciarse, pero vi
lo una obra de arte. Era una ventana al alma de dos personas que se habí
. Tomó su telé
sta noche. Hay algo
ta llegó a
o. A las 7. Te env
ntage y cafés con luces cálidas. La puerta era de madera vieja, y al abrirla, un aroma a papel fotográfi
un suéter gris oscuro y una expresión ser
ijo simp
. Había una pared completa dedicada a retratos urbanos de Londres: reflejos en charcos, rostros anónimos, arquit
trato enmarcado en madera desgastada: una mujer de perfil, con un peinado
s? -pregu
le. Pintora. Algunos decían que era excéntrica. Otros,
vió lentame
arabuela
n. La familia vendió varias cuando cayó en ba
u bolso una co
estaurar una pintu
papel. Lo mir
de la galer
eo. Y
s. Las imágenes bajo la pintura. La h
amente hasta su escritorio, sacó una caja de madera d
había
ecían a una antepasada que vivió un amor prohibido. Me pidió que las guardara,
ragó s
. que esta pintura
onvicción-. Y creo que tú
la caja
rillento por el tiempo. La caligrafía era elegante, algo incli
birte, pero si no lo hago, esta pasi
El cuadro. Las palabras ocultas
amorada -dijo en voz
del fondo. Era la única con una i
do solo por ella? -preguntó-.
n escalofrío le r
gundo a
ante -di
ran ahora sobre ellos. Emma lo miró, y por primera vez, se sintió parte de algo que iba más allá
inó lentamen
oz baja-. ¿Te asusta enamora
spondió co
erró l
o b
-
s, pero ahora sonaba como música de fondo. Emma acarició la
saber quién
esto... no es solo una historia de amor. Es un
ó, sin solt
obra que debía restaurar, sino una verdad que debía desenterrar. Y que, t