img Una Babysitter para el CEO obstinado  /  Capítulo 2 Un día de caos emocional | 40.00%
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Historia

Capítulo 2 Un día de caos emocional

Palabras:1497    |    Actualizado en: 25/05/2025

rgencia donde se encontraba su abuela. Aunque había borrado las evidenc

más delgada bajo la tenue luz de la habitación. Uno de sus brazos colgaba sin fuerza al costado, mientras el otro reposaba sobre su abd

o parecían reconocer nada; pero cuando su nieta se acercó, parpadeó l

ín, sosteniendo con ternura la mano que

as podía moverse. El ACV había deja

a estar bi

a en la habitación interr

Debo colocarla el tratamient

o de llegar -

rdenes estrictas del

, ¿Dónde puedo ubicarlo? -pregunt

do consultas. -respondió la mujer- Mas, por

situación de mi abuela, necesito un justificativo para llevarlo

de la paciente, creo que tendrá que renunciar a s

go ansiosa y mal humorada. La manera tan sencilla como la enfermera parecía resolverle la

esa, aquello le rompió el alma. Había sido imprudente al contestar de forma impu

cinera en el restaurante de una pareja de emigrantes italianos. Esa semana fue la excepción, no había p

ré todo lo que sea necesario par

u nieta, así como ella confiaba en ella. Sólo se te

nía que cuidar de su abuela, tendría que detener sus estudios de psicología y buscar un empleo de medi

hombre con quien tropezó, mientras corría a ver a su abuela. Aunque sólo había sido un pequeño incide

ualidad que justo cuando ella estaba recordándolo aquel hombre aparecier

informarle a su jefe sobre la situación de su abuela y su dificultad para volver

á bastante delicada de salud, lo cual me impide regresar. Creo

n imaginar la pronta respue

ita resolver... mejor no, tómese el resto del

ara en el estómago. Aquel día parecía est

su trabajo, nunca durante todo ese año había faltado a su empleo, siempre puntual al llegar, siempre brindando tiemp

usto como tener que ver a su

cía debajo de sus pies y que caía –in

a punto de terminar mi carrera. -dijo con voz

l hospital, al lado de su abuela, Jazmín tuvo que regresar a la pensión donde vivían. Al llegar a aquel

ra o tendrán que irse. -advirtió el h

y mal en el hospital y mi jefe acaba de despedirme. P

trato. No puedo hacer nada. Tienes hasta mañana en la mañana para consegui

a del pequeño cuarto que arren

ible que debi

a con el resto de las cuentas: comida, servicios de luz, agua y el

a de noche ubicada entre ambas camas. Abrió la gaveta y halló e

efe de su abuela.- Sí, soy su nieta. Pero ella.

ante afectado por la situación de su abuela. Sin embargo, a diferen

l pago de los dos meses de salario que no había podido pagarle

ndo, finalmente u

abuela por el pago del alquiler, cuando en realidad ella sólo había estad

el deseo de ayudar siempre a los demás –tanto a ella como a

a y sin dudarlo pagó la deuda del alquiler pendientes. No podían que

abuela necesitaría: pañales para adultos y algunos jug

pital. Al llegar, entró al cafetín por un expresso. Llevaba gran parte del

guien jaló la puerta y sin poder evitarlo, ella apoyó sus manos sobre el pecho de aquel hombre derram

ó el hombre sacud

aba frente al mismo hombre de la mañana

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