img Mataron a mí compañero,me vengare de todos  /  Capítulo 4 Bernarda | 26.67%
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Historia

Capítulo 4 Bernarda

Palabras:2506    |    Actualizado en: 26/05/2025

ente a Silvia, la voz mental de Oliver irrump

narda. Por favor,

. Claro, estaré al

allí la

a, que sonreía tímidamente mie

preguntó co

uál es su intenci

lfa. Nos ve

si lo hacían, era porque se habían extraviado en las montañas. Pero el interés de Oliver por esa muj

a pasando

a puerta, que se abrió de inmediato, revelando el rostro serio de Ale

días, Be

ra Be

te. Jamás se llevaron bien, y

rostro se iluminó. La abrazó con una t

mado

preciosa, ¿c

ieja de 150 años, per

o si el tiempo no

dijo Oliver de corazón,

incómodo, y con una excusa

ego se volvió hacia Oliver, s

s preguntarme? -siseó, ladeando

intentando no dejar

a. Silvia

s. ¿Qué pa

zón para estar aquí? Los humanos n

azos, observando a su

ó atraída por

ajando la voz, como si el destino fuera un

ó el brillo

por un tiempo?

le alquilé mi

cab

ndo los brazos. Oliver carraspe

obos, no le irá bien si no tiene protección. Además, me pidió trabajo. N

r se

vivir aquí? Alejada

n de par en par, y Shong ron

Alfa... y creo que a

ceño fruncido, los oj

ien? ¿

sonrió co

compañera, ¿

astuta. Desde que dejó a Carol, no había mostrado in

eó como un vendaval -admitió, su

pitió Bernar

a tenga un aroma perceptib

nció el ceño

ído de algo

olpeó la puerta. Era Alex

Alfa -dijo Bern

pa algo, te l

itorio y lo besó en la frente, luego s

intentando leer su rostro, per

los puestos y si necesi

, A

ro ambos eran imponentes: fornidos, hombros anchos, pechos esculpidos, cinturas

able y seductora, mientras Alex m

resó y no encontró a Silvi

e está

a? -preguntó And

encendiéndose de rojo, su

encia es poca. N

ció, bajando la c

na. Solo la vi dirigi

de que la estás ato

ñora Be

pieza. Llegarán lo

actó mentalme

stá en los pues

ver dio un vuelco

iraba los productos de los puestos, sus ojos recorrían el lugar, bus

sobre su

estaba

lv

Sus ojos marrones, profundos y misteri

uestos o conversaba con los hombres de la manada, pero en realidad, todos sus sentidos estaban fijos

ue la seguía. Oliver, cada vez más hipnotizado, se escondía detrás de un poste

mirada azul fulminante se clavó en Silvi

. -murmuró Alex para sí,

iver, Shong

estra compañe

minó hacia el puesto frente a Silvia, dejando

por un impulso, se d

esta

po perfecto, chaleco con una cadena dorada, y ese aroma... un aroma que la envolvió en un tor

retir montañas, y sus ojos celestes

do. No se soltaban las manos, no existía nadie más. Los lobos alrede

s observaba con una

a. -La voz de Oliver

oy el alcalde de Lake. -D

suya. En cuanto sus pieles se tocaron, una descarga eléc

alcalde Smith.

r, por

susurró ella, con

er la penetraban hasta el alma. Silvia se sentía cálida, segura

-preguntó Oliver, intentand

-respondió Silvia en un sus

todo el condado de Lake. -Oliver sonrió, y S

se rostro, esos ojos... ese cuerpo imponen

si a usted, alcalde, no le molesta. -d

flaba de emoción. Su sonrisa se h

sto. Eres

gracias,

puedo enseña

-dijo Silvia, con un rub

diato al notar la presencia de Alex, que los miraba con una expresión dur

ó del pecho de Oliver. Automáticamente, los l

ijo Oliver, con v

os ir al despacho. L

ó Oliver, con un tono

rchó, sin

mar sus cosas y salir en el próximo tren. Pero esos ojos celest

miró con

nte. Pero me gustaría invitarte ma

jada, asintió

... mañana será u

dos. -dijo Oliver, radiante, como si

salió casi corriendo, como un niño em

o miraban,

su mirada aguda y desconfia

librí: rápido, hermoso, radiante, con una energía que iluminaba todo a su paso. Al ingres

a un aura casi irreal. Sus ojos celestes centelleaban,

la manada Black Moon. -los saludó Oliver, con un

respondieron, casi como s

días, Al

echar la mano de Oliver. La suavidad de su piel, la fuerza oculta detrás, el calor que transmitía... lo hizo sentirse cohibido, casi avergonzado, como si est

on una sonrisa cálida, pero sus ojos, afilados, n

o por la hospitalidad de Olive

ros son pocos, y los que más están sufriendo son los niños y las mujeres. No entendemos el motivo de estos ataqu

tragando saliva, la vo

mucho decir... necesitamos su protección

ino, la voz cargad

acerca, y no tenemos comida, ni casas, ni ro

ojos. Ambos sabían lo que era vivir bajo la sombra de los renegados. Olive

ló. Su voz era profunda, firme, cargada

Las casas están en buen estado, solo necesitan algunas repara

isitantes brillar

promesa indestructible en su voz- ...nosotros nos haremos ca

n silencio, car

Alfa que todos

surró Stone, con la voz qu

cidida. Alex, aunque serio, bajó la cabeza en

a esencia misma de un Alfa, y Oliver..

el acondicionamiento de las casas en el asentamiento, el suministro de alimentos y ropa, y la seguridad frente a posibles ataques. Oliver

onto, mejor. No podían permitir que e

e pie, agradecidos. El Alfa Stone se giró hacia Oliver, y por un momento, sus ojo

impulso ancestral lo guia

tre Alfas, pero que brotó de

on fuerza y calidez, sin ningún atisbo de duda. Sabía que la deses

brillaban, humedec

Oliver. -dijo con la voz t

ió Oliver con esa calma que imponía respeto-

sus corazones. La manada Shadow tenía un futuro, y era

silencio, Alex se giró hacia

hora los Alfas

, con una sonrisa apena

ge a otro, no es un g

irada, comprendiendo la pr

do de una promesa silenciosa: la mana

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