img Mataron a mí compañero,me vengare de todos  /  Capítulo 3 Oliver y Shong | 20.00%
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Historia

Capítulo 3 Oliver y Shong

Palabras:1562    |    Actualizado en: 26/05/2025

la diosa de la luna, con su destino, con ella... y también consigo mismo. ¿Cómo podía su compañ

pesar de su ceño fruncido y los pensamientos sombríos que lo consumían, su atractivo era inn

deando al viento como si el aire mismo quisiera tocarlo, y esos ojos celestes claros, tan

me salvaje que embriagaba a las lobas, haciéndolas suspir

iradas, lo que sol

ng! -

casi instantánea: una ráfaga de aire, un destello, y el im

ban las cadenas que lo oprimían. Por un instante,

ndamente. A sus pies, el pueblo se extendía como una maqueta v

ientras esos ojos negros como el

berías tratarla así... -susurró Shong en

.. ella no debería s

? ¿Porque

. No es piadoso con los que no son

stra vida, Oli. No te pr

quedó en

pto le resultara extraño, ajeno, lej

lla mujer lo atrave

ido amor eterno y l

rado con desprecio

truido todo lo q

rumpió sus

li. Ella es difere

uspiró,

ace un momento, ¿v

erte que terminó rodando por el suelo

jaste bastante i

r primera vez en mucho tiempo

a lo quemaba: tenía que encontrar l

chizo que lo estaba volviendo loco... o quizás loco de amor

es, dibujando destellos de luz sobre el elegante escritorio de madera finamente tallada. La escena tenía algo etéreo: Oliver, sentado tras

spuesta. Frunció el ceño, extrañado. Volvió a

lo

si tonta. Se veía tan apuesto, tan peligrosamente sexy que Alex,

s días

o resp

rendido. Aclaró la voz, esta

días,

molesto por haber sido interrumpido en medio de sus pensamientos más dulces. Gruñ

unque bajo, er

, sus labios curvándose

Alex. ¿Tan tem

deada mientras lo estudiaba con atención-. ¿Qué te tiene tan contento es

, como recordando un secret

mana que llegó a nuestro puebl

a ceja, intent

e especial? Solo es

so, cambió de tema con la misma sonrisa en

s reconstrucc

por no obtener más inf

ómetros. Estará list

s sumi

dará el informe comple

rfe

su silla, acomodando su traje, y

os. Desde ayer que no los tiene. Y busca a

, a

segundo antes

ecto a la human

, su sonrisa se volvió e

surro, con la voz cargada de una c

. Si dependía de él, la mantendrí

spicaz, pero no podía permitirse que notara lo abrumado, nervioso e inquieto que estaba. L

resara, sus pensamientos est

uviera a salvo. La manada había reportado movimientos extraños, y aunque Oliver no lo admitiría

res y pino recién cortado lo envolvió, haciéndolo casi perder la razón. Desde una rendija entre las tablas, la olió y escucho

de a

ntana dio un pequeño salto, sobresaltada, tropezando hasta caer al suelo. Oliver maldijo su pr

o porque amara la violencia, al contrario: Oliver era conocido entre las manadas por su sentido de la justicia, su respeto a la vida y su creencia en la igualdad. Jamás mataba a un renegado,

asegurarse de que estaba bien. Quería... solo oírla sentirla, aunque más no fuera por un instante.

se le que

: de madera pulida, adornado con detalles en alabastro, arte de otras tierras y objetos cuida

samientos volvían una y otra vez a Silvia. Al salir, se puso un pantalón suelto que dejaba al descubierto

nten

ana tener un aroma percept

sabido de un caso así. Ninguna humana había

ba vueltas, no en

ó, fru

te. Ella, como la loba más longeva de la manada, ta

contrar paz esa noche. Pero por.pr

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